sexta-feira, 24 de abril de 2009

El Sahara Occidental: piedra de toque para Obama


¿Qué va a hacer la nueva administración norteamericana en el Sahara Occidental? La pregunta se va a contestar pronto y nos va a poner de manifiesto si las nuevas políticas del presidente Obama en el mundo van en serio o sólo son una "pose".

El Consejo de Seguridad tuvo una reunión a puerta cerrada el día 22 de abril para tratar del Sahara Occidental. En la misma se escuchó a norteamericano Christopher Ross, nuevo enviado personal del Secretario General, y se discutió sobre el informe que éste último presentó. El próximo día 30 tendrá una nueva reunión, pública, se votará la nueva resolución sobre el Sahara Occidental. ¿Traerá cambios? No se sabe, pero lo más importante es que esta reunión va a ser un "test" de la credibilidad del nuevo presidente norteamericano.

El presidente Obama está teniendo un audaz comienzo en su presidencia. A tal efecto, está repudiando toda la estrategia "anti-terrorista" del anterior presidente basada en unas prácticas abusivas que están saliendo a la luz de forma dramática. Aunque pueda parecer paradójico, Obama es a Bush lo que fue Aznar a González: un rechazo a la táctica de luchar contra el terrorismo por el atajo del crimen de Estado (llámese éste "GAL" o "Guantánamo").

Marruecos fue una de las piezas esenciales en esa estrategia "anti-terrorista". Dejando al margen la probada implicación de Marruecos en actividades terroristas contra Argelia y contra España (hay pruebas de esa implicación en 1975, y ahora hay sospechas, aún no probadas y no investigadas en sede judicial, de su implicación en el atentado del 11-M), lo cierto es que la dinastía alauita ofreció sus "servicios" a la administración Bush para su lucha "anti-terrorista". Marruecos, albergó alguna de las prisiones secretas de la CIA (el penal de Temara) en las que se podía hacer lo que ni siquiera en Guantánamo era posible. A cambio de estos sangrientos "servicios", el majzén exigió a Bush apoyo en la cuestión del Sahara. Y Bush, efectivamente, prestó ese apoyo como nunca antes lo había dado USA. Pero ahora Obama ha ordenado cerrar las prisiones secretas de la CIA. Marruecos ha dejado de ser útil para torturar. Pero ¿tiene otros argumentos para conseguir el apoyo de Obama?

Argumentos con apoyo en la realidad parece que no hay.
Las archipublicitadas "reformas" del sistema no cambian nada. La corrupción sigue como estaba. La teocracia sigue siendo la misma. Suena a broma de mal gusto decir en Marruecos "yes, we can" cuando se quiere incluir en ese "nosotros" a alguien que no sea del majzén. Y lo que es peor, la complicidad occidental con el majzén (que tampoco es nueva) hace que éste considere que puede violar los derechos humanos con impunidad. Y así es. Si en algún caso trasciende en el exterior algún crimen del majzén (como fue el caso del asesinato del joven Lembarki en la Intifada de 2005), muy pronto los culpables son amnistiados, cuando no condenados (si la presión exterior obliga a ello) a penas ridículas (como acaba de ocurrir con el asesino de dos estudiantes saharauis en Agadir).

Si de verdad se quiere construir un mundo desde el respeto de los derechos humanos y la legalidad internacional, si de verdad se quiere dar la palabra al pueblo, en el asunto del Sahara Occidental sólo hay una política: la celebración de un referéndum libre e imparcial de autodeterminación. Este referéndum es una exigencia del Derecho Internacional. Y el rechazo al mismo es, ni más ni menos, que una violación del Derecho Internacional.

El derecho que exige el referéndum existe.
El censo para el referéndum existe. No es el censo de una de las partes. Es el censo de la ONU que se concluyó el 30 de diciembre de 1999.
El problema es que hasta ahora ha faltado voluntad política.

Si realmente la administración Obama quiere cambiar el mundo haciendo que se respeten las reglas del juego, tiene una ocasión preciosa de demostrarlo en el asunto del Sahara Occidental. Es este un conflicto internacional menor, en comparación con otros problemas del mundo. Pero por eso mismo su valor es grande como piedra de toque.

Dice el Evangelio que "El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel". Pero quien no es fiel en lo poco tampoco lo será en lo mucho.
La Administración Obama tiene la palabra.

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