sexta-feira, 27 de março de 2009
Rafael Marchante, la última víctima de la "democracia" marroquí
Han pasado varios días desde que Marruecos lanzara un brutal ataque contra un periodista español... y el Gobierno Rodríguez en pleno, y el ministro Moratinos en particular, no han dicho ni pío. Y es que el gobierno de Rodríguez y Moratinos sigue apoyando, pase lo que pase, a la dinastía alauita.
Es curioso lo que ocurre con Marruecos.
Por un lado, algunos no dejan de repetir que en España nuestro vecino del sur tiene "mala prensa" no porque quiera robarnos nuestro territorio, no porque haya invadido territorios de un pueblo hermano como el saharaui.... sino porque "desconocemos" lo que pasa allí. Si "conociéramos mejor" los "enormes" "progresos" que se hacen allí, sin duda estaríamos locos de contento de tener ese vecino al sur. Son los del lobby pro-marroquí, fácilmente identificables por las consignas que repiten en sus discursos, como la antes reseñada.
Pero, por otro lado, ¡oh, casualidad!, la dinastía alauita parece que no tiene demasiado interés en que "conozcamos mejor" esa "maravillosa" realidad: a los periodistas españoles que informan en o sobre Rabat o intentan expulsarles o les difaman.
El último caso es el del fotógrafo español Rafael Marchante, aunque no es el primero ni, desgraciadamente, puede que sea el último.
Recordemos algunos antecedentes recientes no más:
- en marzo de 2008, el régimen alauita retiró la acreditación periodística a Beatriz Mesa (COPE) y "aplazó" la concesión de dicha acreditación a Carla Fibla (SER). "Casualmente" semanas antes participaron en Mallorca en una mesa redonda sobre el Sahara. Varios compañeros, corresponsables en Rabat, firmaron un escrito de apoyo. Otros, sin embargo... no. In extremis se consiguió que estas periodistas continuaran haciendo su trabajo.
- El 1 de febrero de este año, el objetivo era Luis de Vega (ABC), que informó que durante la visita a El Aaiún de una delegación del Parlamento Europeo la policía marroquí cometió abusos contra saharauis. La agencia oficial de prensa marroquí (en realidad, una de las dependencias del departamento de desinformación de los servicios secretos del régimen) se hacía eco de una llamada "Declaración de Fez" elaborada por el "Sindicato Nacional de la prensa marroquí" (asociación de periodistas del régimen) en la que se descalificaba e insultaba al periodista español acusándole de "violar" la ética profesional y perseguir "fines innobles".
- El siguiente objetivo fue Ignacio Cembrero (El País). A raíz de la publicación de una exclusiva con el informe sobre los derechos humanos en el Sahara Occidental de la delegación del Parlamento Europeo que visitó El Aaiún, empezaron a lloverle toda suerte de descalificaciones, de la que más "suave" fue que manipuló el texto del informe que publicó. Como suele ocurrir cuando la noticia es negativa (y el informe del Parlamento Europeo era muy negativo para las autoridades marroquíes de ocupación del Sahara), el majzén decidió atacar al "mensajero".
No me consta que el Gobierno español exigiera un respeto a la independencia del trabajo de Luis de Vega y de Ignacio Cembrero.
- Ahora le toca turno a Rafael Marchante (Reuters). Aunque decir "ahora" quizá sea algo injusto. Ahora "sólo" se le retira la acreditación como nos han informado sus compañeros de El País, Cope y Abc.
La agencia oficial de prensa marroquí le llegó a considerar como un "adversario político". Muy peligroso, parece ser, ya que parece que tenía un arma terrible: su cámara de fotos.
Tan es así que en el año 2008, por tres ocasiones, la policía marroquí agredió a Rafael Marchante.
Esta es la "democracia" marroquí. Nada nuevo, por otra parte. Tampoco se pueden pedir peras al olmo.
Pero, para mí, más grave, es lo que ocurre en España. Más grave resulta que:
- ninguno de los condecorados con el Wissam de la tiranía alauita haya renunciado a ese "honor" para solidarizarse con un compatriota
- ninguno de los organismos mixtos "culturales" hispano-marroquíes (Comité Averroes, Fundación Tres Culturas, Instituto Catalán del Mediterráneo, etc.) haya dicho nada.
- el embajador español en Rabat, el ministro Moratinos y el presidente Rodríguez hayan dicho (que se sepa) nada.
Son las 09'25 minutos del 27 de marzo y nadie sale en defensa de su compatriota. Bien es cierto que en el caso del presidente Rodríguez la cosa es explicable. No en vano acabamos de escucharle lamentar que España recuperara la tierra que la dinastía alauíta quiso arrebatarle.
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